Por mis venas corre sangre azul

Ayer indagando sobre mis orígenes me lleve la gran sorpresa que por mis venas corre sangre azul. ¡si! Aunque les cueste creerme pertenezco nada más ni nada menos que a la mismísima realeza.

Hablarles de mi historia familiar me llevaría un buen tiempo ya que son tantas las leyendas que rondan mi círculo consanguíneo.

Mi bisabuelo fue regidor de Antofagasta, una persona muy influyente en la ciudad. Su hijo siguió sus pasos con una vida social muy activa. Ganadero clandestino y dueño de una cadena de carnicerías. Famoso por sus fiestas que llegaban a durar un fin de semana completo con invitados de toda la fauna social antofagastina desde jueces, notarios, artistas, empresarios y una que otra chiquilla de mala reputación. La especialidad de la casa eran los asados a la parrilla atiborradas de carne de vacuno, cerdo y uno que otro caballo camuflado. Este tipo de fiestas fue lo que le permitió ganarse el titulo del Rey de la parrilla y por ende todas las generaciones hemos heredado tal titulo de nobleza.

Sin saber de un día para otro pase a ser de un simple mortal a príncipe y futuro heredero a rey.

Ahora me siento una persona pública, muy probablemente apareceré en programas de la farándula criolla y revistas sociales. No me extrañaría que me inviten a las reuniones de otras monarquías en el país. Me codeare con el rey de las empanadas, el rey del sándwich de potito, el rey del pescado frito, el rey del mote con huesillo, el rey de los huevones y muchas otras que no recuerdo. A medida que voy escribiendo este post me creo más el cuento y pienso que tengo que luchar por el bienestar de mis súbditos, y tratare en lo posible no cobrar impuestas tan altos. Una vez al año dejare que entren a cazar en mis tierras y aboliré el derecho que tiene todo rey de pasar la noche con la novia de los aldeanos, creo que es una barbarie.

Como toda familia real la mía también se ha ido casando entre los mismos familiares. Se dice que el motivo de reproducirnos entre nosotros mismos es para no degradar la raza, aunque y creo que es porque nadie mas nos soporta mas que alguien de nuestra propia sangre. Sin ir mas lejos mi abuelo y su hermano se casaron con dos hermanas, estas a su vez eran medias primas de ellos. Ósea en realidad creo que mis padres también son mis primos o algo así. Por suerte no se cumplió la profecía de Gabriel García Márquez en su libro “Cien años de soledad” en la cual el escribe que los hijos entre familiares directos nacen con cola de chancho. Bueno debo reconocer que en mis primeros años de vida tenia una pequeña protuberancia, pero por suerte el medico descarto que podía ser una cola de cerdo y solo diagnostico una pequeña malformación en el sacro.


Nunca me podría haber imaginado que algún día iba a llegar a ser un príncipe y futuro rey de una parrilla negra. Aunque no cuento con un castillo como en los cuentos de hadas, si tengo una doncella esperando en lo alto de la torre.