Hoy me despertó el zumbido de unas alas que chocaban con los cristales de mi ventana. No podía ver bien porque la luz que entraba por ella era muy fuerte. Siento como una angustia en mi cuerpo, un ardor en la piel y unas ganas de llorar sin derramar una lágrima. No entiendo nada…

Miro cada rincón de mi cuarto y lo encuentro vació, hoy es distinto, todo es distinto. La luz penetra por los orificios del techo dando juicio del verdadero espacio que es más amplio, pero no tan inmenso como lo muestra su penumbra. La luz delata formas y su distribución es tan perfecta, mientras que la oscuridad se limita, porque no logra despojarse de su sombra. Este espacio vació a parte de mí y las mariposas, esta completamente habitado tan solo de soledad.
Afuera el viento sopla, se siente como si marchara un batallón de soldados perdido por el desierto. Recorre como gatos por el entretecho, paso a paso se abre camino entre las cerchas de madera. Me lo imagino como un transeúnte que recorre las angostas calles de esta ciudad. Choca con la gente, con los letreros publicitarios, erosiona el pavimento, colisiona con las bancas de la plaza, al avanzar arroja al piso a cada niños que se atraviesa por su paso.

El viento ha vivido muchos años y aun así no camina como un anciano, tiene la vitalidad de una manada de caballos que recorren a la deriva por campos desolados. Se que es un viento helado de esos que llegan a calar los huesos y te quita hasta el espanto.

A lo lejos en la calle una jauría de perros ladra, hacen el mismo escándalo que las procesiones de los bailes religiosos para fin de año. No se muy bien que hora es, no se si es de noche o es de día. Gracias al ruido del camión recolector de basura me entero que es lunes en la mañana.

No tengo fuerzas para levantarme estoy tendido sobre mi cama y la puerta de mi dormitorio esta cerrada. Me llama la atención que hay unas mariposas que revoloteaban como moscas en mi habitación, no me molestan al contrario las observo y me doy cuenta que cada una de ellas es distinta, sus colores y sus alas. Pienso ¿por qué hay mariposas acá en mi habitación?