jueves, abril 27, 2006


Si mis manos bastaran

Si mis manos bastaran para detener tu vuelo.
Si pudieras tan solo detenerte por unos instantes
y así mirar tu cuerpo, tus ojos tan redondos, tan perfectos.

Ave sideral,
mariposa espacial.
Sirena de los cielos, nadadora entre mis sueños.
No entiendo el porque de tus alas,
si ni al caminar tocas con tus pies el suelo.

Me inquieta tu impaciencia, libélula fugaz y bella.
Por que nunca te detienes para poder tocar tu cuerpo.

Si mis manos bastaran para detener tu vuelo.
De donde vienes, desde donde vuelas.
Por que tienes alas. Por que eres reina.
Por que me haces buscarte por estas calles,
de avenidas eternas y longitudinales.

Por donde vuelas mujer que mis ojos no te pueden ver...
.....Mujer mañana he de alcanzar tu vuelo.


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jueves, abril 20, 2006

De Antofagasta a Puerto Rico.


Afortunadamente todas las calles de mi ciudad desembocan en el mar. El mar es el punto neurálgico de la vida y acciones de las personas. Su aroma recorre las calles como si fuera un transeúnte, y los implacables rayos de sol iluminan hasta el más mínimo recodo de la ciudad. Los niños con sus torsos desnudos y a pies descalzos juegan a nadar en charcos, que se forman en los surcos imaginarios de las callezuelas polvorientas. Basta solo abrir las ventanas para que el horizonte con su brisa adorne con guirnaldas las casas. El atardecer se desborda y recorre las avenidas como causes de un río descontrolable, cada habitante navega sobre las turbulentas aguas de colores. El café, el crema, el marrón de los cerros se mezcla con el violeta, el azul y el rojizo del cielo. Como una gran ola nos inunda y quedamos sumergidos bajo un atardecer profundo, infinito e incuantificable.

El desierto ha sido el hogar que me acogió como un hijo hace ya muchos años. Cuando lo conocí, me cautivo su hermosura, la profundidad de su cielo, sus incontables colores y el revolotear del viento que recorre la tierra como cascabeles de niños traviesos.

Antofagasta esta lejos de todo lo que te puedas imaginar, y más aun de mi Malva Marina. Ayer en su fría noche de otoño, pensaba cuantos pasos exactamente separan Antofagasta de Puerto Rico, y comencé una caminata imaginaria hasta su puerta. Esta ciudad tiene la magia que en sus noches la luna baja hasta el mar a lavar su cara en la claridad de sus olas. Las noctilucas danzan como girasoles y la brisa brama sobre los cerros.

Puerto Rico es una isla llena de magia, en donde los colores son los protagonistas de sus fiestas. El tesoro más valioso de esa isla es su pueblo, con influencias inmigrantes de diversas tierras. Sus carreteras se abren entre la naturaleza inhóspita y el coquí enamora con su cantar de trovador a todo los que se amanecen mirando las estrellas. El sabor de su comida tiene el ritmo dulzor de sus cacerolas encendidas. Los pilones de coco, de ajonjolí son tan dulces como los besos de Malva Marina.

Los atardeceres de la isla, parecen que no van a terminar nunca. Los tambores no cesan, no duermen en el Viejo San Juan.

Las distancias cada día se hacen más crueles y más aun, que mi
Malva esta triste, pero ella sabe que desde acá la apoyo, que desde este pedazo de desierto la he amado y con el paso del tiempo lo sigo haciendo. Hay muchos dolores que puede sufrir una mujer y yo no dejo de sorprenderme de su fortaleza. Mientras ella llora tocando su barriga, yo miro la luna que tiene carita de niña y le digo, ¡Amor no llores más, sabremos como llenar la casa de risitas traviesas! Te amo.


Este tema es un regalo a mi morenita de chocolate, muñeca de porcelana, cometa con dos grandes alas. Pájara espacial y niña entre las sabanas.


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viernes, abril 14, 2006

Las mujeres que viven de noche tienen la cara triste.


Anoche fue una de esas noches de juerga, fui a visitar a un amigo que vive en pleno centro de la ciudad, en su casa estaban los de siempre, los mismos que por años se reúnen en el mismo lugar, bebiendo los mismos tragos. Algunos ya están casados, otros asisten con sus novias a estas largas tertulias nocturnas de los viernes.

Entre risas, recuerdos y unos cuantos Ron en el cuerpo fue transcurriendo la noche. Ya eran como las 5 de la madrugada cuando decidí partir rumbo a mi casa. Al salir a la calle observo detenidamente la noche, estaba fría y oscura como nunca, no transitaba nadie por ellas, era una de esas noches en calma, que dan ganas de caminar sin detenerse, pero el centro ha esta hora es una jungla, es muy peligroso andar solo. A media cuadra siento la voz de una mujer, que me aborda para pedirme fuego con la intención de encender un cigarrillo, la luz del encendedor ilumina su cara, es una mujer de facciones muy bellas, pero lamentablemente sus ojos desorbitados producto de el alcohol y las drogas opacaba su natural belleza. Al fumar su cigarrillo comenzamos a entablar una conversación, en medio de la noche, de la nada.

Como te llamas amor me dijo. –Paulo-. Le respondí con voz muy segura.
-Yo me llamo Graciela y soy Ecuatoriana-. Esa era su presentación, el currículum callejero que necesitaba para hacer su transacción en cada esquina.

-Para donde vas tan solo-. Me dijo con su acento cantadito de valsecito añejo. Me mira directamente a los ojos, le cuesta fijar su mirada y también el equilibrio.

– Y tú que haces acá a estas horas de la noche, también tan sola-

-Trabajando, yo no solo soy puta- Me dice. –También me rento para escuchar las penas-

Por unos momentos me quede pensando en lo que me había dicho, encontraba muy extraño eso de rentarse para escuchar las penas ajenas.

-La soledad es muy buen negocio para mí, no solo el sexo es lo que espera de mí un hombre, también necesita compañía, alguien que lo escuche y lo entienda sin reprochar por lo todo lo que ha hecho. Las putas no solo son putas en la vida, también cumplen un rol social, somos el despiche del mundo, como una fosa séptica que absorbe toda la mierda.

A través de la dureza de sus palabras, sabia que era una mujer que ha sufrido mucho, la vida para algunas personas se complica, no todos tenemos la ventaja de tener solo problemas normales. Esta noche ella no quería escuchar las penas ajenas, si contar las suyas.

- A los 16 años me fui de mi casa, me enamore de un hombre que después que consiguió lo suyo me voto a la calle, a mi casa ya no podía volver, así que busque refugio en las calles, en donde conocí a una mujer dos años mayor que yo y mi única gran amiga. Ella me introdujo en el negocio de la prostitucion, en un principio me iba muy bien, los hombres pagaban buen dinero por mis servicios, como era la nueva y prácticamente aun tenia cuerpo de niña, eso les excitaba y los clientes no me faltaban, después del año ya era muy conocida así que decidí irme con mi amiga, el destino me trajo hasta esta tierra, me dicen que acá una puta se puede llegar hacer rica. Cuando llegue ha Chile me fui a la ciudad de Calama, trabaje en un prostíbulo, pero me aburrió el clima, no soportaba las temperaturas bajo cero de algunas noches de invierno. Así que llegue hasta Antofagasta, acá vivo en una pensión cerca del centro. Tengo un hijo de dos años, su padre es uno de los cuantos mineros que me ofrecieron sacarme de las calles, yo cometí el error de enamorarme, pero cuando el supo que estaba embarazada se esfumo como el humo de este cigarrillo.

Al escucharla, me percate que siempre necesitamos de alguien para contar lo que nos sucede, ella se dio cuenta que los hombres que la buscan, son personas muy solas, que mas que tener un buen sexo, necesitan por algunos momentos la ilusión del calor de un hogar, y estar compartiendo la cama con la mujer amada, poder contarle sus ambiciones, penas y proyectos. Creo que por esta necesidad de comunicarnos, y de alguna forma desahogarnos hemos creado estos blog. Para mi al menos es la mejor terapia que tengo.

-Sabes que yo cobro por hora, después de tener sexo, les empiezo a hacer preguntas y de a poco me van contando su vida. Algunos han terminado llorando como niños, otros me han dado las gracias. Ahora soy yo la que esta triste y con ganas de desahogarse, disculpa que te aburra con mis tonteras, pero es que a esta hora me bajo la nostalgia. Hoy esta de cumpleaños mi madre allá en Ecuador, y como todos los años irán a verla los familiares y amigos, en la mesa habrá cosas ricas para comer, en los cuartos habrá una cama calentita para quien quiera alojar ese día. Yo hace mucho tiempo que perdí contacto con mi familia, ni saben que tienen un nieto, ni siquiera saben que aun estoy con vida. Es duro vivir en tierra extranjera, sin tener a quien acudir cuando siento pena, por suerte tengo un hijo, que es lo único lindo que ha dado la vida-.

En un momento de silencio se pone a llorar, sin poder consolarla, no sabia que decirle, mis palabras no ayudarían a calmar su pena, su miseria, ni el hambre y el frió. Se puso de pie, el maquillaje de su rostro le había manchado toda su hermosura, por culpa de las lágrimas.
- Paulo ahora soy yo la que te debo-. Me dijo aun sollozando.

Se marcho por la oscuridad de la calle, en un caminar zigzaguearte se perdió entre el frió. Cada uno tomo su destino, ella se fue a buscar un cliente y yo me iba a mi casa pensando en mi amada
Malva Marina.
Este tema, habla de muchas Gracielas, que recorren las calles del mundo.


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Lo prometido es deuda, hace un tiempo dos hermosas mujeres.
Alegriadequerer y Mar, me dieron a mí y a Malva la tarea de escribir 25 maneras de sentir. No puede escribir las 25 pero acá van algunas.

No dejar de pensar ni un instante en
Malva Marina.
Escribir versos.
Hablar con mi
Malva. Su voz siempre me sigue acompañando cuando estoy solo.
Bucear, aunque ya no lo practico con la frecuencia de antes.
Ser ornitólogo aficionado.
En las noches mirar el cielo constantemente.
Leer un buen libro cuando esta nublado.
Querer arreglar el mundo tan solo conversando.
Compartir una copa de vino con mi amigo
Tulio.
Aprovechar al máximo un día soleado.
Construir, la construcción siempre me ha cautivado.
Leer sobre sistemas constructivos.
Leer libros sobre gestión de negocios.
Construir soldados con conchas de mariscos, ya tengo un ejercito.
Coleccionar hojas de árboles.
Observar como juegan mis sobrinos.
Discutir de política con mi padre.
Recorrer la ciudad caminando.

sábado, abril 08, 2006


Siempre

Siempre esta la esperanza,
que un día tú cierres los ojos
para que un beso mío selle tu boca.
Entonces en ese momento
algo se entrelazara
en nuestras vidas
y quedaran ligados,
nuestros sueños



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