domingo, septiembre 30, 2007

Te descubrí siendo bosque


Te descubrí navegando en la profundidad de tus ojos jacintos,
venias montada en un celaje de rocío, sonriendo las más bellas flores.

Te descubrí en el otoño de boques caducifolios.
Entre raulí y coihues.
Te descubrí con tus cabelleras de largas ramas secas,
mientras que de tu boca se lucen esplendorosos
como enredaderas dos obsequiosos copihues de mi tierra.

Te descubrí siendo viento brincando de copa en copa.
Te descubrí enamorándome,
como se enamora el zorzal en primavera.