lunes, marzo 19, 2007

Miedo

Definitivamente el sábado pasado no fue un gran día, más bien ha sido uno de los peores de mi vida. Todo comenzó muy temprano por la mañana. Estaba supervisando un trabajo de estructuras metálicas. Uno de mis trabajadores estaba reforzando un riel con un perfil de acero 50X30X4 mm yo estaba a su lado revisando que el cordón de soldadura sea limpio y continuo. En una de esas siento un ruido y un golpe muy fuerte en mi brazo y posteriormente en el pie. Cuando miro hacia el lado veo que el soldador se toma la mano muy fuerte porque había recibido un golpe. Lo que nos había golpeado fue un perfil de similares características al que se estaba soldando. A mi solo me golpeo por el costado, lo que me produjo una lesión leve, pero el peor golpe lo recibió el soldador que la tira de acero al momento del impacto le reventó un dedo. Los dos sabíamos que la lesión era grave. Yo estaba casi pálido sabia que si se sacaba el guante nos encontraríamos con algo muy desagradable. Así que me arme de valor y trate de darle los primero auxilios. Al ver su dedo con un corte de aproximadamente unos dos centímetro y sangre en abundancia. El hombre me confeso que cuando ve sangre se desmaya, a mi me ocurre lo mismo, pero no era ni el lugar ni el momento para confesarlo. Paralizamos el trabajo para que se fuera al hospital del trabajador. Al analizar la causa del accidente concluimos que fue por negligencia. El perfil no estaba anclado y por ende cualquier movimiento o golpe era seguro que se iba a venir abajo. En gran parte la responsabilidad también era mía, ya que yo tenía que haber prevenido eso. Después pensado en forma mas fría di gracias de que solo me roso el perfil de acero porque a esa altura y por el peso un golpe en la cabeza me mata.

Ese día estaba un tanto choqueado por el accidente. Estando en mi casa me llama un amigo para invitarme a salir a tomar algo para relajarnos. En un principio no tenía muchas ganas de salir, pero el día no había sido uno de los mejores y muy bien me harían unas copas para despejarme. Nos fuimos a un pub que en ese lugar había un grupo de amigos que están casi a diario en sus reuniones eternas de copas. La conversación estaba entretenida y la noche iba avanzando, en eso suena el celular de mi amigo Tulio, lo llamaban unos colegas para invitarlo a un carrete en una casa. Como yo no conocía nadie opte por quedarme a terminar mi copa de vino y después irme a casa. Cuando Salí del pub como nunca la noche estaba solitaria, fría y silenciosa. Alcanzo a caminar una cuadra desde que salí del pub cuando veo que vienen tres tipos en dirección contraria. A lo lejos y a simple vista se veían “personas decentes”. Cuando están a tan solo a un par de metros de mi se separan, uno se va en dirección a mi lado derecho, el otro al izquierdo y el del medio se me acerca para pedirme un cigarrillo, le digo que no fumo, entonces me pide dinero. Al decirle en tono cortante se me acerca y me toma de la ropa y me empuja hacia un vehículo que había estacionado, trato de empujarlo yo también, pero me percato que saco una cuchillo y en fracciones de segundo me pone su arma en el cuello, mientras que el otro revisaba mis bolsillos en busca de un motín, el tercer tipo hacia de pared humana por si es que pasaba alguien no viera lo que sucedía. Mientras sentía el frio metal en mi garganta, sentí miedo, aunque no era la primera vez que me enfrentaba a la muerte nunca había sido de esta forma tan violenta. El asalto duro solo unos minutos pero para mi fueron eternos. Pensaba en Malva Marina, en perderla. Solo atine a cerrar los ojos y buscaba el rostro de Malva grabado en mi memoria, su voz, su risita de niña traviesa, desde miles de kilómetros en silencio le decía como todos los días que la amaba. Sentí miedo de morir y no volver a verla, que esos delincuentes me privaran de abrazarla, de sentir cada noche su aroma. Sentí miedo porque mi vida ya no estaba en mis manos, eran otros los que decidían sobre mi existencia. Dentro de todo lo que me robaron lo que mas siento fue mi teléfono móvil, no por el aparato, porque ese me lo repone la compañía, pero en él tenia grabada la voz de Malva, un día que conversamos grabe su voz y ella me dejo un mensaje. Cada día que me sentía solo sabia que en mi teléfono tenia su voz grabada diciéndome te quiero.

Definitivamente no fue un gran día, lo único que quería era llegar a casa y estar tranquilo. Tenía mucho frio, ese frio que se siente cuando uno siente miedo.

sábado, marzo 10, 2007

Aun no entiendo porque a las mujeres les causa terror llegar soltera a los treinta años. Sin ir más lejos mis amigas andan con el vestido de novia en la cartera. Aproximadamente como hace dos semanas me llama una amiga por teléfono para comentarme que a mediados de año se casa. Cuando me dijo sentí un alivio en el alma, porque hace un tiempo atrás me dijo que ella no pensaba llegar soltera a los treinta y como yo era uno de los pocos solteros del grupo estaba en la obligación de sacarme con ella. Ahora vamos quedando solos dos solteros. Puede ser que una mujer mientras va avanzando en los años y posterga formar una familia comienzan los dedos ha apuntarla. En una sociedad tan machista como la de Chile aun no se ve como algo normal que una mujer pueda optar por no casarse. En todo caso como que existe una discriminación entre sus pares. Me di cuenta de eso la semana pasada cuando una amiga me llamo para pedirme que la acompañe a una reunión con sus colegas, su mejor amiga se había puesto las argollas de compromiso y al parecer no iba a ser muy bien visto si llegaba sola. Dicho y hecho en el grupo habían solo parejas y cuando nos sentamos en la mesa era extraño ver como cambia el grupo cuando los integrantes pasan de un estado civil a otro (casado o soltero). Creo que el cambio de pasar de los veinte a los treinta nos solo aterra a las mujeres, sino que también a los hombres. Incluso hasta a mi a veces me preguntan ¿Bueno Paulo y cuando vas a sentar cabeza y te casas?... como si el estar casado o soltero fuera un indicador de de mi estado mental o de madurez.

Recuerdo que hace un tiempo atrás antes de conocer a Malva no tenia un muy buen concepto de lo que es el matrimonio, es mas, pensaba que nunca me iba a casar. Eso no quería decir que me iba a quedar solo toda una vida, ¡no!, pero si… no pensaba llagar a firmar un contrato ante la ley para comprometerme ha amar a una mujer por los siglos de los siglos. Considero que el amor de pareja va mas allá de lo que puede imponer una ley, no es justo encarcelar los sentimientos en un acta. Pero desde que conozco a Malva creo ser una mejor persona y he ido cambiando mi concepto de lo que es una familia. Aunque aun no me gusta la idea de firmar un contrato ante la ley, si me gustaría casarme cuando tenga como unos 60 años…ustedes deben pensar que estoy loco, pero encuentro maravillosos dar el si cuando ya has compartido casi la mitad de tu vida con la persona que amas. Les contare que yo asistí al matrimonio de mis padres siendo que soy el menor de 5 hermanos. La fotografía que existe de su matrimonio es muy divertida porque salen ellos, los padrinos y sus 5 hijos.

Reconozco que hoy me pesa la soledad, cada noche que despierto deseando ver su silueta tan cerca de mí siento miedo de que nunca voy a poder llenar este vacio. Hace un tiempo atrás en unos de mis ataques de locura le pedí matrimonio a Malva Marina, medio en serio, medio en broma, esa noche hablamos y planificamos como iba a ser nuestra vida juntos hasta discutimos por las mascotas que íbamos a tener. Es que ella no soporta que me gusten las ranas y yo encuentro medio exentico tener un gato.

Ahora mientras que escribo este post, pienso como seria mi boda perfecta. Me la imagino en la playa de noche todos vestidos de gala y sin zapatos. La playa iluminada solo con velas pequeñas sobre la arena con unos músicos armonizando la velada. Ella, Malva vestida de blanco con un velo que se enrede hasta con las olas. Yo mirándola a sus ojitos dormilones diciendo ¡SI…!

¡Que terrible! Parezco mina, ando con el esmoking en mi bolso.

Aun sin estar casado casi todas las noches antes de acostarme, le envió un mensaje de texto desde Antofagasta Chile, hasta su celular en su islita caribeña. Ella casi cada noche recibe un te amo.

Acá les dejo este video que me regalo mi morena.

domingo, marzo 04, 2007

Inservible a la patria.

Como un estigma que me seguirá por el resto de mi vida recordé que soy un inservible a la patria. Este titulo me lo gane cuando me presente como cualquier joven chileno al servicio militar obligatorio. Por suerte este proceso lo viví con mi amigo Pepe Araña. Justo cuando cumplimos los 18 años de edad fuimos al canton de reclutamiento, como nos llevamos por un mes de diferencia en edad, partimos a inscribirnos con la gran incertidumbre de saber en donde nos tocaría supuestamente hacerlo. Todo acontecimiento más menos estresante que tuve que vivir en mi adolescencia, gracias a Pepe Araña se hacia menos traumarte. Al hablarles de mi gran amigo tendría que invitarlos a tomar asiento y pedirles que al igual que un animalito no traten de entenderlo solo tomarle cariño.

A Pepe lo conocí justo el día de su cumpleaños, yo recién llegando a la villa y casi descubriendo la ciudad de Antofagasta. Mientras del camión de mudanzas bajaban nuestras pertenecías un niño de tez morena, pelo chuzo y con mocos hasta la altura de la boca nos observaba desde su fiesta. Desde ese mismo día mi pobre amigo se enamoro perdidamente de mi hermana una flacuchenta de risos rubios con menos carne que la cola de un lagarto, pero para Pepe era una de las jóvenes mas linda que había visto hasta ese entonces.

Con el paso de los días nos hicimos amigos inseparables hasta el día de hoy. En ese tiempo recién cuando teníamos unos 8 o 9 años de edad mi amigo solo se hacia llamar Pepe a secas, con el paso del tiempo paso a adoptar el apellido de araña. Me siento un tanto responsable de su apodo ya que yo como ustedes se deben imaginar desde niño he soñado con volar, por lo tanto pasaba gran parte del día saltando de techo en techo, de casa en casa, pero como mi gran amigo siempre ha demostrado ser el mejor en todo, era realmente él el que se lucia en cada saldo. Estaba convencido que era Spiderman y no dudaba al momento de brincar de un muro a otro y se lucia colgado boca abajo de cualquier superficie que aguantara su peso.

Pepe Araña siempre fue un caso de estudio y bruto como el solo. En una ocasión se pego un cabezazo en la pared para demostrarnos que realmente tenía la cabeza mas dura que todos. Con el vivimos grandes aventuras como cuando le poníamos el envase vacio de un yogurt en la rueda delantera de la bicicleta, el ruido que emitía el roce del neumático con el plástico simulaba el rugir del motor de una moto, así que convencidos que íbamos en una motocicleta nos lanzábamos cuesta abajo de una de las calles mas empinadas de la ciudad. En una ocasión iba yo a toda velocidad una cuadra adelante de mi amigo acelerando a fondo mi supuesta motocicleta, me sentía el rey de la calle, sin saber que a unos pocos metros me esperaba furioso un perro, este con su costumbre de seguirnos se me cruza por delante y lo atropello, el impacto fue de tal magnitud que como a dos metros de la colisión quede tirado yo, un poco mas allá el pobre perro y nos cuantos metros mas la bicicleta, unas veteranas que conversaban afuera de su casa se deleitaron del espectáculo tan divertido. No todos los días ven un choque entre un ciclista y un perro. Mi fiel amigo llega en segundos ha auxiliarme y a duras penas me ayuda a levantarme. Al incorporarnos nuevamente en las bicicletas Pepe muy digno les dijo un rosario de improperios a nuestras distinguidas espectadoras que llego a ruborizar hasta al lesionado perro.

Creo que lo más característico en la infancia de Pepe Araña eran sus mocos a la vista. Siempre que mi madre lo veía con la nariz sucia lo obligaba a sonarse, pero como mi amigo era especial no hallaba nada mejor que hacerlo con las hojas de las plantas. Por suerte ese pequeño “romance” entre Pepe y mi hermana no paso a mayores. Porque a decir verdad creo que en algún momento de debilidad a mi hermana le llego a gustar, creo que le atraía esa verdosa pasta que le corría por sobre su boca. Todo termino el día que Pepe la arrojo de un muro cabeza abajo. Se que no fue su intención de producirle daño, lo que pasa es que hasta el día de hoy tiene instintos cavernícolas.

Con el paso del tiempo el comportamiento de mi amigo ya era preocupación de todos. Su hermano un tanto mayor y supuestamente el mas sabio decidió hacer una reunión y analizar a fondo a su hermano. Después de un gran debate y un exhaustivo estudio del actuar de Pepe concluyeron que dentro de la escala evolutiva del ser humano mi amigo era “el eslabón perdido entre el hombre y la wuea”.

No recuerdo muy bien el día de la semana que me presente en el regimiento numero 5 de artillería en la ciudad de Antofagasta. Hace unos pocos días había salido llamado para presentarme a los exámenes físicos. En la fila contigua estaba mi amigo más nervioso de lo acostumbrado ya que el no tenia ningún justificativo para poder librarse de quedar seleccionado. Yo por suerte tenia un certificado medico que lo emitió el mismo director del hospital militar que era un tanto amigo y conocido de la familia. El problema del certificado era que decía que tenia una invalides por una lesión a una de las vertebras de la columna. Con tal veredicto me excluía al instante de pertenecer obligadamente por un año completo a las fuerzas armadas. Mientras la fila iba avanzando Pepe me aseguraba que en el caso que quede aceptado tan solo duraría un par semanas ya que se haría pasar por loco. Efectivamente quedo aceptado para cumplir con sus obligaciones como ciudadano, tan solo que duro tres semanas y lo dieron de baja por no estar capacitado sicológicamente de pertenecer a las fuerzas armadas. Al momento de pasar por la inspección del medico de turno le mostré mi licencia emitida por el mismísimo director del hospital, el medico al leerla solo atino a decirme, “que suerte que seas amigo del jefe”. Esto le molesto un tanto a unos de los uniformados que supervisaban todo el proceso de selección y pidió revisar mi certificado y un tanto molesto me dijo en voz alta “ud es un inservible a la patria”, cosa que en ese momento no me molesto tal comentario, pero lo peor de todo fue que cuando me iba retirando con mi certificado de excluido del servicio militar este sargento con aspecto de caricatura barata me grita molesto “no nos sirves ni de cocinero”.